Bruxismo: ¿Aprietas los dientes mientras duermes?

La afección de bruxismo

¿Sufres de dolores en la mandíbula o cefaleas? ¿Tu pareja te dice que rechinas los dientes al dormir? Entonces, es probable que padezcas bruxismo. El bruxismo es una afección en la que la persona aprieta y rechina los dientes de manera inconsciente, y que afecta cada vez a un mayor número de personas. Puede ocurrir tanto durante el día como durante la noche, aunque es más común al dormir, cuando la persona no controla de forma consciente la mandíbula. Los síntomas varían desde leves molestias hasta incluso llegar a despertar a la persona que la sufre.

Aunque no parezca un problema serio a primera vista, el bruxismo puede desencadenar en una serie de problemas de salud. A corto plazo, provoca dolor de mandíbula, dolores de cabeza o sensibilidad dental. A largo plazo, el constante rechinamiento puede desgastar el esmalte dental, lo que nos hace más vulnerables a otras complicaciones dentales. El bruxismo también se ha asociado con trastornos del sueño como la apnea del sueño.

Causas del bruxismo

No existe un consenso sobre la causa exacta del bruxismo. Sin embargo, se cree que es el resultado de una combinación de factores físicos, psicológicos y genéticos. Estos factores provocan que la musculatura que interviene en la masticación esté contraída en mayor o menor medida, lo que deriva en otras complicaciones.

El estrés y la ansiedad son factores de riesgo comunes y pueden empeorar esta afección. Vivir una vida estresante o pasar por períodos de ansiedad intensa aumenta la probabilidad de que una persona apriete y rechine los dientes, a menudo de manera inconsciente. La falta de descanso será también un factor que puede contribuir al rechinamiento de los dientes.

Algunas investigaciones también sugieren que el bruxismo podría estar relacionado con el consumo de alcohol, cafeína y tabaco. Estos estimulantes pueden hacer que la mandíbula se tense y que dé lugar a bruxismo. Hay estudios que han demostrado que las personas fumadoras tienen entre el doble[1] y el triple[2] de probabilidad de padecer esta afección. Sin embargo, conviene ser conscientes de que, estas sustancias, no solo son estimulantes, sino que a su vez inhiben la correcta absorción de muchos nutrientes esenciales.

Por lo tanto, en realidad el bruxismo podría deberse a una carencia de nutrientes necesarios para la producción de serotonina y dopamina, lo que se ve agravado en personas que consumen alcohol, café y tabaco o personas con una mala alimentación. Además, ciertos medicamentos, especialmente los antidepresivos, también se han vinculado con el bruxismo, ya que interfieren en la secreción de las hormonas que participan en una correcta función cognitiva.

Factores anatómicos como las maloclusiones, también pueden favorecer la aparición del bruxismo.

Consecuencias

Las consecuencias más comunes del bruxismo son las cefaleas y el dolor de mandíbula, producidos por una excesiva acumulación de tensión en la zona, ya que los músculos de la mandíbula y el cuello, no llegan a relajarse por completo. La sensibilidad dental también es frecuente entre las personas que padecen bruxismo y, si esta afección se alarga en el tiempo, puede producir un desgaste del esmalte. Este desgaste a su vez podría derivar en fracturas de las piezas dentales o la pérdida del soporte óseo del diente..

Tratamiento

Afortunadamente, existen varias maneras de tratar y mejorar el bruxismo. Por una parte, podemos aplicar técnicas de gestión del estrés, como la meditación y el yoga, que pueden ser útiles para reducir la tensión que conduce al bruxismo. La práctica regular de estas técnicas puede ayudar a relajar la mandíbula y a reducir la frecuencia y la intensidad del rechinamiento de dientes. Tener una buena higiene del sueño, respetando los ritmos circadianos será también muy recomendable para prevenir el bruxismo.

Por otra parte, reducir o eliminar el alcohol, la cafeína y el tabaco puede tener un impacto positivo en la reducción del bruxismo. Además de reducir el consumo de estas sustancias, sería conveniente suplementarse con vitamina B1 y D3. Una mayor ingesta de estas vitaminas, mediante la suplementación en primera instancia y, si detectamos una carencia, y mediante la alimentación, unido a una reducción del consumo de alcohol, café y tabaco, pueden mejorar significativamente la función cognitiva y los problemas asociados al bruxismo.

En algunos casos, tu dentista puede recomendarte el uso de una férula o placa miorelajante de descarga para proteger los dientes durante el sueño. Estas férulas están fabricadas con resinas acrílicas rígidas y se diseñan para crear una barrera entre los dientes superiores e inferiores, lo que evita el desgaste y reduce el ruido del rechinamiento. Las férulas se fabrican a medida de cada paciente para que quede perfectamente colocada y encajada en los dientes. Estas férulas permiten que los músculos que intervienen en la masticación se relajen y la articulación vuelva a encajar adecuadamente.

Hay que tener en cuenta que estas férulas no son la solución final, ya que no eliminan por completo el rechinamiento, sino que sirven para paliar los síntomas, especialmente el desgaste del esmalte dental. Las férulas ayudan a disminuir la intensidad del rechinamiento, así que también contribuyen a disminuir los dolores tensionales, como los dolores de cuello y las cefaleas.

El bruxismo puede ser una afección perjudicial, pero hay formas de tratar y mejorar la situación. Si crees que padeces bruxismo, es importante hablar con un profesional de la salud sobre tus síntomas y explorar las opciones de tratamiento.

En la clínica dental Neus Puertes realizamos diversos tratamientos de Bruxismo para ayudarte a disminuir los signos y síntomas. Para más información  o pedir una cita, puedes contactar con nosotras a través de nuestro formulario de contacto.

Biografía y referencias:

[1] Nunn, Martha. (2005). Bruxism is significantly more prevalent among smokers. The journal of evidence-based dental practice. 5. 86-7. 10.1016/j.jebdp.2005.04.001.

[2] Madrid, G., Madrid, S., Vranesh, J. G., & Hicks, R. A. (1998). Cigarette Smoking and Bruxism. Perceptual and Motor Skills, 87(3), 898-898.